Mientras espero miro una película sobre sor
dos llamada “dulce vacio” la cual no sé por qué me dieron ganas de aprender a hablar con señas, eso sí, sería difícil hablar en la cena, desparramaría la comida por toda la mesa...La verdad no puedo imaginar el quedarme sordo, ya cuando escribo las palabras las escucho en la cabeza. Quedarse
sordo en realidad es parecido a quedarse absolutamente solo quizás, de qué te sirve escuchar si vivís en la punta del Aconcagua…
Pero bueno, siempre existen las películas de Chaplin, nada mejor que una película muda para un sordo supongo…es como pan y manteca…
Estaba pensando y creo q podría escribir la historia más ofensiva para la comunidad sorda, donde toda la historia se centre en un sonido…pero no tengo ganas de escribirla ahora.
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