lunes, 12 de agosto de 2013

ADOLFO

Siempre caminando por la misma vereda, Adolfo vuelve del trabajo a su casa, pisando las mismas baldosas que ayer y antes de ayer. Cuando sus conocidos le preguntan acerca de su comportamiento éste responde con un gesto ingenuo no entendiendo la pregunta, habiendo tanta gente en el mundo, seguro esta costumbre sea la menos estrafalaria que se conozca.
Es que Adolfo se siente cómodo yendo de baldosa en baldosa como si fuese una rayuela, se siente seguro (como cuando era niño) jugando a la rayuela hasta que la madre lo llame a comer.

SUCESIÓN - EL CORTO DE MAR DEL PLATA