Estaba tranquilo en mi computadora, navegando un rato cuando noté la presencia de dos moscas revoloteando alrededor mío. Volaban, se posaban en mi cabeza, me pasaban por el oído, esas situaciones exasperantes. Me levanté de la silla, tome mi libro de Paulo Coelho("Veronika decide morir" para ser más precisos) y estampé a ambas contra la pared.
Ahora puedo decir con seguridad que soy una de las personas agraciadas a las cuales les sirvió un libro de autoayuda para su vida cotidiana y pudo solucionar efectivamente su problema.
1 comentario:
Estoy casi segura que es para lo único que sirven los libros de Cohelo. Sólo leí uno y me bastó para saber que nunca NUNCA debo abrir otro o cosas horribles sucederán.
Publicar un comentario